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Quiero dejar de fumar pero no puedo

Quiero dejar de fumar pero no puedo

El tabaquismo es la principal causa de muerte prematura evitable en el mundo.

En nuestro medio, la principal forma de consumo de tabaco, el cigarrillo produce graves enfermedades en el propio fumador y en sus convivientes, que se transforman en fumadores pasivos.

Una de cada ocho personas que muere por el cigarrillo nunca fumó y es víctima del consumo de los convivientes, siendo en ese caso, generalmente los padres, responsables de la contaminación del aire que respira el grupo familiar.

El abandono del tabaquismo, constituye una prevención fundamental para evitar la aparición de cánceres, enfermedades cardio y cerebrovasculares y respiratorias. Es la mejor decisión a tomar con respecto a la relación costo/beneficio.

En esta época, en que la gente se encuentra amenazada por la pandemia del Covid 19, debemos resaltar el dato que señala que fumar incrementa el riesgo de infecciones virales de pulmón. Los fumadores contraen más enfermedades respiratorias, incluidos los resfriados (comúnmente por rinovirus, pero también aumentan los contagios por coronavirus). La incidencia de las enfermedades como gripe, neumonías bacterianas y virales y tuberculosis en fumadores, puede llegar al doble que en no fumadores.

La COVID-19 es una enfermedad infecciosa, cuyo ataque a los pulmones, es una de sus mayores mecanismos de complicación, que ocurre, por otra parte, con mayor frecuencia y gravedad entre fumadores.

La mayoría de los fumadores quiere dejar de fumar, a pesar de lo cual muchos ni siquiera lo intentan, y otros muchos lo hacen sin convicción, método adecuado o confianza, por lo que terminan abandonando la tarea ante el primer inconveniente.

Muchos prejuicios o falsas creencias, actúan como obstáculos mentales; impidiendo que se pongan en acción y efectúen los cambios de conductas que conducen al abandono.

“Quiero dejar pero no puedo” > Ya sea luego de intentos infructuosos o cuando ni siquiera se ha intentado el abandono por temor al fracaso. Debemos saber que es común que a muchos fumadores les lleve más de un intento, lograrlo definitivamente. Dejar de fumar es un proceso de aprendizaje en el cual es lógico que aparezcan dificultades. Pueden superarse si se persiste en el objetivo. Intentos fallidos o la aparición de problemas, de ninguna manera significan que no se pueda, dejar de fumar.

Todas las personas tienen la posibilidad de hacerlo, algunos rápidamente; a otros les llevará más tiempo.

“Fumo poco y no me hace daño” → Fumar un solo cigarrillo diario incrementa las posibilidades de padecer las enfermedades anteriormente nombradas con un riesgo equivalente al 50 % del riesgo del que fuma 20 por día.

“Fumar me tranquiliza” → Lo que experimenta el fumador al inhalar una bocanada de humo, es la calma de las ansias de fumar provocadas por el síndrome de abstinencia. En realidad la nicotina es un potente psicoestimulante que por lo tanto, aumenta los trastornos de ansiedad.

“Fumo para poder dormir” → Algunas personas consideran que no van a poder dormir si antes no prenden un cigarrillo. La nicotina es estimulante del Sistema Nervioso y lo que se requiere para dormir es lo contrario: relajarse. Para ello son útiles los ejercicios de respiración, relajación y meditación. Al cabo de unas semanas de haber dejado de fumar la mayoría de los pacientes, duermen y descansan mejor. Es por ello que las personas se despiertan con más energía para realizar sus labores cotidianas.

“El cigarrillo me acompaña cuando estoy aburrido o solo” → Muchos fumadores se acostumbraron a llenar sus momentos de ocio o soledad. Así se genera un círculo vicioso en que las personas se quedan solas, fumando, enfermando y deteriorándose. Es mejor buscar maneras creativas de llenar esos vacíos, ya sea a través de la realización de hobbies; cursos; actividades físicas; comunicándose con amigos, concurriendo a clubes o talleres; desarrollando habilidades en pos de un crecimiento personal.

“Fumo para compartir un momento con mis compañeros y amigos” → Es muy común que se fume en grupo, como forma de compartir un momento con otros ya sean con amigos; compañeros de trabajo, familiares o con la propia pareja. Sin embargo, de esta forma se pierde la esencia de lo que significa estar junto a otro. El foco debe ponerse en el placer de la compañía, de la charla o de la situación que esté vivenciando que de por sí es agradable. Es necesario comunicar el propósito de dejar a familiares, amigos y compañeros, pidiéndoles que no inviten a fumar, lo cual se suele hacer por ejemplo a la hora del almuerzo en las oficinas o en reuniones familiares en la sobre mesa. Generalmente los seres queridos entienden y colaboran amablemente. Se les puede sugerir participar de encuentros en ámbitos libres de humo, fortaleciendo de esta manera el vínculo afectivo.

“Si dejo de fumar engordo” → Si bien puede ocurrir cierta tendencia a ganar peso al dejar de fumar, debido, entre otras cosas, al incremento del apetito, aconsejamos llevar a cabo un programa alimentario, iniciar actividades físicas con gasto calórico paralela al proceso de abandono incorporando rutinas cotidianas positivas que mejoran la calidad de vida. Dejar de fumar, por otro lado no deberá disparar conductas alimentarias reemplazando fumar por comer.

“Dejar de fumar es sólo cuestión de tener fuerza de voluntad” → Para gran parte de los fumadores esto no es suficiente debido a que la adicción a la nicotina es muy poderosa; requiere de un tratamiento especializado; ayuda familiar y del entorno social.

“Necesito un cigarrillo para concentrarme” → Muchos fumadores asocian el fumar con estudiar, leer o con el trabajo intelectual. El tabaquismo daña la circulación cerebral; produce problemas neurológicos y cognitivos que deterioran la capacidad de estudiar; de producción tanto intelectual como artística. Aclarar estas falsas creencias habilita a que el fumador se anime al intento del abandono del cigarrillo.

Actualmente existen Programas Antitabaco completos y efectivos que abordan al paciente de manera integral y constituyen una valiosa colaboración en este provechoso emprendimiento. Ya el hecho de que alguien se plantee un objetivo mejorador en su vida es saludable a nivel físico; psíquico y colabora con el bienestar familiar y social.


Si necesitás ayuda para dejar de fumar, te recodamos que el Instituto Cardiovascular de Rosario tiene un Programa Antitabaco para ayudarte a dejar de fumar de modalidad online. El curso se realiza a través de:

  • Envío al paciente vía mail de una Guía completa especialmente diseñada para dejar de fumar y mantenerse.
  • Asesoramiento de parte de los profesionales expertos a través de video consultas una vez por semana por el lapso de 6 semanas.

La Guía para Dejar de Fumar consta de:

  • Pautas semanales antitabaco para el cambio de conductas más lecturas y actividades diarias.
  • Dieta desintoxicante orientada a evitar el aumento de peso al dejar de fumar
  • Consejos acerca de la realización de actividad física que es de gran ayuda en este proceso.
  • Enseñanza de técnicas cognitivo conductuales para el control de las ansias de fumar
  • Audios con ejercicios de mindfulness que tienen como objetivo disminuir las ansias y el stress
  • Claves y consejos para disminuir los síntomas del Síndrome de Abstinencia y mantenerse sin fumar
  • Textos motivadores de ayuda para decidirse a mejorar la calidad de vida.

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Programa AntiTabaco del Instituto Cardiovascular de Rosario. Dr. Carlos Lorente y Ps. Cristina Paz.

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